El libre albedrío para Nira

¿Alguna vez se han parado a reflexionar sobre las decisiones que tomamos en nuestra vida? ¿Creen que las tomamos con libertad, o son consecuencia de las situaciones en que nos encontramos en el momento de tomarlas? Es más, ¿creen que las cosas suceden por casualidad; porque hacemos que sucedan; o hay un plan escrito para cada uno de nosotros?

Estas preguntas retumban en mi cabeza en muchísimas ocasiones, y por más que intento darles respuestas, no la encuentro, pero mi conclusión es la misma…

No sé si mi vida la elijo yo, es consecuencia de las cosas que me suceden por las decisiones que tomo, o ya está definida por un “universo” que no soy capaz de controlar, pero sea como sea, en algo sí siento que tengo libertad, en cómo dejo que me afecte cada situación que vivo. A esto es a lo que llamo libre albedrío.

Uno de los grandes aprendizajes de mi vida ha sido saber que los pensamientos los podemos cambiar, y que esa vocecita rumiante que tenemos todos en nuestra cabeza, no es más que un medio de defensa de nuestro cerebro, por lo que depende de nosotros aprender a utilizarla.

He descubierto que cada situación que nos ocurre en la vida, y cada persona que conocemos, tiene un propósito, una enseñanza que debemos reflexionar para evolucionar, y esta es la mejor guía para saber dónde poner el foco. Si aprendemos a ver las cosas que nos suceden como si le sucedieran a otra persona, estamos practicando quitarle la emoción, y una vez conseguido esto, si reflexionamos sobre lo que viene a mostrarnos, se producirá el aprendizaje real.

Desde la distancia emocional suficiente, y la reflexión adecuada, nos daremos cuenta que TODO viene a enseñarnos algo sobre nosotros, que debemos cuidar. Y es aquí donde creo que se produce nuestro LIBRE ALBEDRÍO, en enfocarnos en “victimizarnos” o en enfocarnos en “aprender” lo que cada situación quiere mostrarnos.

Explicar esto sin un ejemplo práctico, es muy difícil, pero todos pasamos por situaciones que nos ponen a prueba, y hasta que no somos capaces de extraer el aprendizaje, se repiten sin darnos cuenta.

Lo habitual es que nuestra primera reacción sea culpar a otros sobre lo que nos sucede, pero… ¿y si probamos hacernos responsables de las decisiones que tomamos y nos atrevemos a ver dónde estamos fallando para evolucionar? De este modo seguro que no volveremos a repetir patrones.

Hace un tiempo conocí a una persona que me ha dado uno de los mayores aprendizajes de mi vida. Comenzó como una relación de compañeros y terminó siendo mi pareja, a la que le confié todo lo que tenía (decisión mía), y en la que volqué toda mi energía para que fuera lo “mejor” que podía llegar a ser (según mi perspectiva).

En esta situación me descuidé lo suficiente para dejar de ser mi prioridad, por lo que he extraído dos grandes aprendizajes: no lo hacía por él, sino por mí (ya que inconscientemente buscaba mi validación de “salvadora”, rol que asumí como correcto desde muy joven), y nunca debemos descuidar nuestra prioridad (nosotros mismos). Cuando fui consciente de esto, mi autoestima estaba tan resentida que no me quedó más remedio que afrontar la realidad, esta situación la había creado yo como fruto de mis decisiones, por lo que debía solucionarla para poder encontrarme de nuevo.

Comencé a realizar el trabajo de priorizarme, volver a trabajar para fortalecer mi autoestima, y enfocarme en el aprendizaje que esta situación me estaba ofreciendo.

A día de hoy analizo de una forma más consciente las decisiones que tomo (siendo yo la prioridad, algo que cuesta cuando has asumido un rol que no corresponde durante tantos años), que cada situación que nos surge tiene un sentido y un aprendizaje, que no hay decisiones “correctas” o “incorrectas”, sólo hay decisiones, y según las que tomemos nos enseñarán unas cosas u otras.

Una vez más, les invito a compartir vuestras experiencias, a atreverse a realizar autocrítica, y a aprender de todas las situaciones y personas que se nos presentan, porque les aseguro que TODAS vienen a mostrarnos una evolución en nosotros. Si somos capaces de extraerla, cada día seremos más conscientes de lo maravillosos que somos cada uno de nosotros.

Nira Amador